| La amapola cuyo nombre científico es “Papaver rhoeas”, pertenece a la familia Papaveraceae, es una planta con flor que requiere de muy pocos cuidados, posiblemente es la flor que menos atenciones necesita, de hecho es habitual verla en caminos y prados donde crece sin ayuda humana de ningún tipo.
Ligeramente tóxica, es considerada una mala hierba en los cultivos agrícolas pero así como es fácil de cultivar, también es fácil de combatir por lo que no supone un problema, por otro lado como planta ornamental es interesante gracias a su hermoso colorido, tradicionalmente en rojo, existen otras variedades como rosa o anaranjado.
Tiene además aplicaciones a otros niveles, en medicina tiene diferentes usos, también se emplea para teñir e incluso sus semillas pueden ser utilizadas como condimento en algunas recetas de cocina, con todo no es muy habitual verla en jardines, puesto que por ser una especie tan común, carece del atractivo de lo exótico.
Aunque tal vez prefiramos cultivar especies más originales, lujosas o sofisticadas, si disponemos de poco tiempo para dedicarle a los cuidados de nuestro jardín, la amapola nos permitirá disfrutar de la alegría de sus colores casi sin darnos cuenta, crece bien en suelos secos y pobres, necesita iluminación solar directa y requiere de poco riego.Tiene otra ventaja y es que por su sencillez es muy fácil de combinar con otras plantas con flores, por ejemplo con aquellas de flor grande en otros colores, formando macizos variados.
Comentar además dado que hay gente que es reacia a su cultivo por asociarla con la producción de opio, que no debe ser así, puesto que hay diversas especies de amapola y sólo una de ellas es opiácea y no es la amapola común ornamental que solemos ver en los prados, sino la “papaver somniferum” de color habitualmente blanquecino.
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